NUEVA VIDA RADIO DIGITAL

6/8/12

EDIFICANDO 7 (ESTUDIO BIBLICO)

EDIFICANDO UNA VIDA DE COMUNION CON DIOS


“Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido” Génesis 12:7

Abram construyó un altar a Dios. En muchas religiones se utilizaban los altares, pero para el pueblo de Dios, los altares eran más que simples lugares de sacrificio. Los altares simbolizaban comunión con Dios y conmemoraban encuentros significativos con Él. Construidos de piedras y tierra, a menudo los altares permanecían en esos lugares por años como recordatorios continuos de la protección y las promesas de Dios

La relación adecuada entre el ser humano y la Divinidad es la adoración. Sabremos que hemos dado un paso significativo en nuestra vida de fe cuando nos encontremos con el hecho de que hemos aprendido a adorar a Dios.

Pero la adoración conlleva el reconocimiento de que Dios está en lo alto y nosotros estamos en lo bajo; de que Dios es santo y nosotros pecadores; de que Dios es inmensamente grande y sublime y que nosotros somos pequeños.

Si alguno piensa que solo basta una actitud dispuesta y un buen deseo para acercarse a Dios, no conoce en absoluto la realidad del mal presente en el corazón humano, e ignora cómo este mal le inhabilita por completo para presentarse ante el Dios que es Santo, Santo, Santo.

Jamás hombre alguno ha podido acercarse a Dios basado y amparado en su propia virtud, sino que, desde los inicios mismos de la historia humana, el que en verdad se ha acercado a él, lo ha hecho apoyándose en una ofrenda por sus pecados, o un sacrificio sustitutivo a su favor, o en una promesa de perdón recibida de parte de Dios mismo. Y en este acercarse a Dios por parte de los hombres de la antigüedad, un elemento pleno de significados es el altar.


Podemos notar que los creyentes de la antigüedad edificaron un altar para Dios en las siguientes circunstancias:


·         Para adorar a Dios (Gn.8:20-21): esta es la primera vez en la Biblia en que se hace mención de la edificación de un altar, el motivo principal del mismo es, la adoración.
·         Al establecerse con cierta permanencia en algún lugar: como demarcando un sitio para invocar el Nombre de Dios además de reconocer su vulnerabilidad y necesidad de la bendición divina
·         (Ge.12:6-8; 13:18; 26:25).
·         En cada sitio donde tuvo lugar un encuentro especial con Dios (Gn.28:18; 35:1,6-7,9-15)
·         Para testificar de la victoria concedida por Dios (Ex.17:15-16)
·         Como instrumento de clamor a Dios en medio de una emergencia (2Sam.24: 18-25)
·         Para levantar una señal visible que recordase una obra de Dios o perpetuase una concesión divina (Jos. 4: 1-3,5-7; 22:10-11,26-27)


 Edificando un altar para el Señor en nuestras vidas

            Un altar es una señal o recordatorio de lo que Dios nos ha dicho, perdonado, prometido o entregado. El altar no es el sacrificio o la ofrenda, pero nos permite presentar el sacrificio y la ofrenda con entendimiento y conciencia de lo que hacemos.
           
El altar hablaba constantemente de la relación del hombre con Dios, tuviese o no tuviese ofrenda sobre sí. El altar de por sí ya era una señal que proclamaba poderosamente todo un mensaje de parte de Dios para las personas. El altar era una forma de recordatorio para aquellos que estaban llamados a relacionarse con el Dios Eterno: recordaba constantemente que Dios se había manifestado a ellos, que les había dado sus palabras, que en momentos especiales se reveló a ellos comprometiéndoles para con él. Era una especie de testimonio perenne de que Dios había venido manifestándose a ellos desde hacía tiempo con fiel y santo amor.     
           
Hay momentos puntuales en nuestras vidas en los que Dios se manifiesta a nosotros de una forma especial.
·         Dándonos una palabra que nos confirma en sus caminos
·         Dándonos una promesa específica para nuestra vida personal
·         Dándonos una revelación para que le conozcamos de una manera como  hasta entonces nos le conocíamos

Esos encuentros con Dios no son cotidianos, no son cosas que suceden a menudo en nuestro caminar con Dios (casi me atrevería a decir que suceden pocas veces en la vida) pero cuando suceden, nos cambian profundamente. Ejemplo:
·         Abraham y su llamado
·         Isaac en Beerseba
·         Jacob y su experiencia en Peniel
·         Salomón en Gabaón; y muchos otros.

Pero el altar habla, sobre todas las cosas, de “victimas y sacrificios”. Dios nos llama a edificar un altar para él en nuestras vidas. (Ro 12:1)

·         Es un llamado a invocar su nombre en la vida diaria, en nuestro lugar de permanencia (casa, sitio de trabajo, lugar de estudio).
·         Es un llamado a reconocer nuestra vulnerabilidad y necesidad de su bendición.
·         Es un llamado a establecer señales que tengan un real significado para las decisiones que tomamos en nuestro diario andar.
·         Es un llamado a la fe, a la consagración, a reconocer su santidad y la necesidad de que nosotros también lo seamos, es un llamado a la esperanza y a la adoración.
·         El primer altar que el hombre edificó fue levantado para adorar a Dios y esa es  la principal razón por la que nosotros también debemos edificar un altar al Señor en nuestra vida diaria.

Y que ese altar que edificamos, para el Señor…

… sirva de señal para nosotros y para aquellos que nos ven desde afuera;
… no tengan cabida sacrificios impuros, ni dudosas ofrendas;
… proclame la majestad de nuestro Señor y Dios, y proclame con su fuego, la autoridad y poder de aquel que nos amó y se entregó por nosotros;
… perdure como legado para las generaciones venideras y les transmita el mensaje de amor de nuestro Dios y salvador así como les hable de su poder y dignidad.