Guardar la Palabra en el Corazón

El Salmo 119:11 dice: “en mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra Ti”. Muchas veces nos sentimos mal cuando nos damos cuenta que hemos actuado incorrectamente, que hemos pecado.

¿Cómo saber? ¿Como actuar? El texto de hoy nos da la respuesta: conocer la Palabra de Dios y Obedecerla. Veamos algunos ejemplos:

1) Con respecto al amor de los hermanos. El Señor dice San Juan 15:12 “Este es mi mandamiento: que hoy os améis unos a otros”. Yo creo que no caben dudas que el amor a los hermanos no tiene condicionamiento, si o si debo amarlo porque el Señor me lo ordena.

2) Con respecto al enojo que nos produce ciertas diferencias con los hermanos. Efesios 4:26 dice “airaos pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo…ni deis lugar al diablo”. El diablo, procura apartarnos del camino del Señor y uno de los motivos por los cuales muchos hermanos no se congregan hoy es porque se enojaron con alguien y no supieron arreglar las cosas pidiendo perdón y perdonando por las ofensas.

3) Con respecto a los hábitos pecaminosos de la vida anterior. En Efesios 4:22, las escrituras dicen “en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre que esta viciado conforme a los deseos engañosos”. Así, como cuando tenemos una prenda de vestir que se ensució y arruino, nos la sacamos y aún la tiramos; de la misma manera tenemos que hacer con los hábitos pecaminosos de la vida sin Cristo (Efesios 4:25-32).

Si conociendo la Palabra la obedecemos, libraremos nuestras vidas de las trampas del pecado. Que el Señor nos Bendiga.

Pastores José y Myriam Faienza

La Soberanía de Dios

“De Jehová es la tierra y su plenitud; El Mundo y los que en habitan” Salmos 24:1

El 2 de abril los argentinos recordamos los derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, y sentimos dolor y respeto por aquellos hombres que buscaron recuperar la posición de dicho lugar, hasta dar sus vidas en el campo de batalla.

Nuestra reflexión sobre tal fecha y acontecimiento nos lleva al plano espiritual. Hace poco recordamos otra fecha muy importante, que fue la batalla que Cristo libró en la Cruz del Calvario para recuperar los derechos de soberanía sobre toda la humanidad. El también dio su vida por esta noble causa, como los soldados argentinos. La gran diferencia es que Jesús no quedó en la tumba, sino que esta vivo porque resucitó al tercer día conforme a las escrituras.

Conclusión: Jesucristo ¿disfruta sus derechos de soberanía sobre nosotros? O le ocurre como a los soldados argentinos con las Islas Malvinas, que sigue bajo el gobierno y dominio del usurpador.

Pastores José y Myriam Faienza