NUEVA VIDA RADIO DIGITAL

8/3/12

APRENDIENDO A AMAR AL PROJIMO

La historia del buen samaritano, que Jesús dio para ampliar el concepto de prójimo que tenía el maestro de la ley, era protagonizada por una persona judía que había sido asaltada. Se trataba de un judío de Jerusalén, como la audiencia que Jesús tenía en ese momento. Debe haber sido una sorpresa conocer que un samaritano –que como hemos dicho eran enemigos de los judíos– mostrara compasión.

«Ve y haz tú lo mismo» Lc 10.37; esta frase es la clave para entender que es lo que debemos hacer, si queremos “hacer lo mismo”, a la hora de movernos en amor a nuestro prójimo; ¿Cuáles son los pasos a dar, que dejan en evidencia que yo estoy cumpliendo con la Palabra del Señor de “amar a mi prójimo como a mí mismo”? la actitud del samaritano ante el hombre en necesidad nos da la clave.

1) SE ALLEGÓ A ÉL «Acercándose»: Lc 10.34

No alcanza con expresar buenos deseos de mejoría para el otro, debo involucrarme en su situación; desprenderme de todo reparo o egoísmo; ya que el amor consiste en eso. Si estoy amando a mi prójimo, seguramente estoy cerca de sus necesidades.

2) LE CURÓ «Vendó sus heridas»: Lc 10.34; Gl 6.1 (Echándoles aceite y vino)

El buen samaritano vendó sus heridas y les echó aceite y vino. Estos elementos eran en ese tiempo remedios caseros muy utilizados, ya que el vino se empleaba como antiséptico, algunas veces mezclado con hierbas para aliviar el dolor. Una vez limpias las heridas se untaban con aceite para suavizarlas y protegerlas.

Dios nos ha provisto de elementos que son poderosos para ministrar a aquellos que lo necesitan; el poder de su sangre es suficiente para sanar toda herida; el aceite de su Espíritu, es un bálsamo que revitaliza el alma angustiada. Esos insumos espirituales con son los que contamos, además de la fidelidad del Señor en su constante provisión y cuidado.

3) LE ATENDIÓ «Cuidó de él»: Lc 10.34; 1 Ti 3.5

El estar, no solamente en los primeros auxilios, sino también vigilando el progreso de aquel al que estamos amando y ayudando. Acompañarlo para que la recuperación sea en el tiempo justo, y que mientras tanto, no vuelva a pasar por situaciones complicadas.

4) «Sacó dos denarios, y los dio al mesonero»: GASTÓ EN ÉL Lc 10.35; 2 Co 12.15

El buen samaritano le dio al posadero dos denarios, que era la paga habitual para cubrir los gastos de alojamiento de más de un mes en una posada.

Es muy probable, que en el ejercicio de amar a mi prójimo, deba realizar inversiones de todo tipo: tiempo de calidad para compartir, y probablemente en, no pocas, ocasiones deba invertir de mi dinero o bienes materiales. Es que el amor es así, se debe demostrar en hechos concretos.


Como podemos ver, una manera muy concreta de llevar a cabo el cumplimiento de la ley del Señor, ahora bien, esta historia no es solo un modelo de servicio al prójimo, sino que también refleja a las claras la situación del hombre, y el obrar de Dios para rescatarlo de sus sufrimientos, podemo encontrar de manera clara la historia del evangelio en la historia del buen samaritano

Para empezar diremos que, el hombre que cayó en manos de ladrones es un cuadro del pecador


1- Su ruina, «descendió», su dirección; «a Jericó», su destino (lugar de maldición); fue golpeado, herido, dejado medio muerto, su aflicción Lc 10.30

Jerusalén es la ciudad santa, la ciudad del Templo, escogida por Jehová como lugar de su morada. Jerusalén simboliza lo divino y lo sagrado. En cambio, en la Escritura Jericó representa con frecuencia el mundo. En cierto sentido Jericó simboliza la cultura secular.

2- Su religión, el sacerdote y el levita, representantes de la ley, pasaron de largo pero no hicieron nada Lc 10.31, 32

Normalmente es en la búsqueda religiosa, donde la humanidad espera encontrar satisfacción a las angustias de su alma; sin embargo está demostrado que, la mera religiosidad no es remedio de nada.

3- El Redentor, «un samaritano», despreciado, uno a quien el docto judío rehusó nombrar Lc 10.33

De la misma manera, Jesús, fue despreciado y tenido en menos; de aquel que menos se espera, sin embargo, viene la salvación.

4- El remedio, aceite y vino, vino para limpiar, convicción; aceite para curar, conversión Lc 10.34

Su sacrificio, su dolor, su muerte, nos asegura la sanidad de nuestros dolores y la vida de nuestra alma; su resurrección es la puerta que se abre para recibir sus dones y milagros en nuestra vida.

5- Su recuperación, se le cuidó y se le atendió hasta que se recuperó Lc 10.34

Por medio del Espíritu Santo y de la iglesia, somos cuidados y fortalecidos para andar en la nueva vida que nos ha regalado, y para compartir con otros que están en necesidades hoy.