Que importante es lo que Jesús enseña en esta parábola. Dentro de un mismo campo hay dos clases de semillas sembradas: trigo y cizaña. Ambos también crecerán juntos, pero un día, al ser cosechadas, allí estará la diferencia: uno será arrojada al fuego y la otra irá al granero.
¿Qué quiso enseñar Jesús? Que dentro de una misma congregación hay dos clases de personas:
1- las que tuvieron un verdadero encuentro con Jesús y se convirtieron en hijos de Dios, sellados y transformados por el Espíritu Santo.
2- Los que nunca abrieron su corazón a Jesús. Nunca nacieron de nuevo, nunca fueron transformados en nuevas criaturas.
Ambos conviven la iglesia y a veces, es muy difícil diferenciarlos; tal como el trigo y la cizaña que son muy parecidos. Pero llegará el día en que el Señor recogerá a los auténticos cristianos para llevarlos al cielo con El. Y también tomara a los pseudos cristianos o falsos cristianos y los arrojará al infierno.
Es muy importante que nos preguntemos ¿soy trigo o cizaña? ¿Me espera el Cielo o el infierno?
Que el Señor revele nuestra verdadera identidad. Dios le bendiga y lleve luz a su vida.
Pastores Faienza
